miércoles, 22 de diciembre de 2010

Diario de una monja zen_1


Foto del 2008
Se preguntarán: ¿quién soy? ¿Qué me motivó a dejarlo todo y tomar los votos de monja? ¿Qué se siente al vivir como tal?                                                                                                                  
Pues empezaré contándoles que soy una simple mujer como todas, que disfruta de las pequeñas cosas de la vida como la sonrisa de un niño, el rojo del atardecer, ver un pájaro sentirse atraído por su reflejo, oler un rico perfume, las flores, ver a una pareja de adultos mayores caminando de la mano. Con fluctuaciones en las emociones de acuerdo al ciclo en el que me encuentro...
Poniendo un poco más de color en donde estoy... Pasé toda una vida tratando de ser felíz, de aferrarme a lo que amaba, trazarme metas y luchar por alcanzarlas. Los cambios no me gustaban. Sumergida en una sociedad de consumo, calmaba momentáneamente mis ansias con irme de compras y llenando la casa de cosas, pensando en el pasado y en el futuro. Los días se hacían cortos pero por más que hacía, decía, adquiría  no encontraba paz ni felicidad. Siempre me hacía falta algo. Desde jovencita me preguntaba porqué nacer? ¿Qué significado tiene nacer, crecer, reproducirse y morir? Debía de haber algo más que eso, una razón más importante. Las respuestas que me daba o daban los demás no me satisfacían, no me llenaban. Pasé por años y años de búsqueda hasta que, al final, por medio de un libro del maestro zen Taisen Deshimaru di con el budismon zen. Poco a poco fui haciéndome el hábito de meditar y empecé a sentir la necesidad de buscar un maestro del Dharma. Tuve la enorme satisfacción de encontrarlo: Dokushô Villalba Roshi. Al poco tiempo de convivir unos días en el templo zen Luz Serena con el maestro y los residentes se fueron dando cambios muy profundos dentro de mí. Después de tanta búsqueda estaba en el camino correcto.  ¡Al fin tenía la respuesta que tanto andaba buscando!

1 comentario:

  1. Supongo que aquello de "dichosa tu eres entre todas las mujeres..." ya te lo sabes, pero sí, en verdad te admiro, yo también quise pero bueno, la vida nos va mostrando el camino, suerte en tu andadura y cuenta con este amigo cuando quieras, la via del zen para mí también es como la autopista a la verdadera naturaleza de clara luz, en fin ahínos vemos.

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